sábado, 18 de agosto de 2018

Lavando la cara al baño: parte 2 (y nunca definitiva)

¡A pintar se ha dicho! Aprovechando que estamos de ocupas en la casita de la playa de mis padres, y siempre es más fácil pintar cuando no estás, voy a enviar, con la inestimable colaboración de Mr. Big, literalmente a la mierda, al color verde de mis azulejos del baño y voy a dejarlo blanco, blanco y radiante como van las novias hacia el altar. Y esto va a ser mas un diario que un post porque lo retransmito a tiempo real:
  • día 1: Usamos la pintura Renov Baños que se supone que no necesita imprimación, pero me da igual porque yo lo valgo y le meto una capa yo solita a brocha (craso error, mejor rodillo) de base imprimación Todo Terreno que me deja el brazo muertooooo y me hace ganarme una cena y varios martinis. 

  • día 2: Primera capa con rodillo de espuma para azulejos y con brocha para recortar esquinas, bordes y rincones de la muerte como el del wc o el del mueble contra el pilar. Hacía falta David el gnomo para echarnos una manita porque Mr Big no cabe en los espacios pequeños. (por eso es Mr. Big) El resultado es prometedor... pero también es segura una tercera mano...no sé porque, pero me da en la nariz. 






  • día 3: Segunda capa. Esto es otra cosa, ya apenas se ve verde, pero se notan aún algunos brochazos, esos que tan finamente hice yo con la base. A ver cuando seca... Creo que tenemos tantas ganas de verlo acabado que esta tarde volvemos. Hay que dejar 5 horitas de secado entre capas por lo menos, pero como hemos madrugado nos da tiempo. ¡Sábado pintor, yuhuuuuuuu!
    ¿A qué queda bien la panorámica? parece enoooormeeee


  • día 3: Tercera capa.  Y espero que última, porque igual dan la noticia: pareja de Almazora hace rico al Leroy Merlín a base de capas de pintura... ya van por la capa cincuenta y dos y el baño ha reducido dos veces su tamañooooo 

  • día 4: El resultado fantástico, blanquito blanquitooo, y ahora falta retirar la cinta de pintor y cartones y poner el espejo, luz led y accesorios de baño. ¡Manos a la obra! Coge el taladro Mr Big que yo saco el metro. Formamos un tándem perfecto... (casi nos matamos midiendo pero el espejo de forma milagrosa está recto)











lunes, 13 de agosto de 2018

Lavando la cara al baño (parte 1)

Todo aquel que se precie de conocerme, sabe que me encantaría renovar mi casa entera en un abrir y cerrar de ojos. Por desgracia, también sabe que no tengo una visa oro para sacar la maza y empezar a arrancar azulejos y tirar paredes. Así que en realidad no puedo decir que estoy  reformando el baño de los niños porque sería demasiado optimista y entusiasta. De ahí el título del post. Le he lavado la cara y me he hecho ilusiones, pero me han quedado preciosas. 
Resumiendo: El baño de mis hijos, que es el de las visitas, era muy feo, de hace 15 años y ya no me gustaba especialmente cuando compramos el piso Mr. Big y yo. Pero claro, todo no se puede cambiar y la cocina y los armarios empotrados se llevaron por aquel entonces (ha llovido mucho) todo el presupuesto. Pongo foto aunque me resisto...
 
(aquí ya pusimos hace seis meses las estanterías de madera y un banco a juego, donde antes iba el bidé, con la idea de acabar de rematar este verano)
Entrar en el baño es una tortura china y si viene visita ya no os cuento... porque soy así de manías, que le voy a hacer. No me gustan los azulejos color verde caca, tiene una cenefa horrible y el mueblecito de melamina blanca deja mucho que desear. Así que me puse manos a la obra y a buscar por la red porque como siempre digo, antes de tirar mira google a ver lo que puedes arreglar... y ahora que está tan de moda lo diy, las páginas para restaurar, pintar o reciclar son infinitas. Me decidí a pintar el mueble con chalk paint, pintura a la tiza,  una pintura muy fácil porque se limpia con agua y jabón y no huele nada de nada. Ya hace mucho tiempo que estoy leyendo e investigando sobre esta pintura y sé que algún día acabaré pintando las puertas de toda la casa. ¡Lo he visto y queda precioso! Pero de momento tranquilita... con practicar con algo más pequeño suficiente. Como el suelo del baño es verde y verde se va a quedar, elegí una pintura verde pastel muy bonita. IMPORTANTE: Lijar con lija gruesa el mueble para eliminar la capa barnizada y poner una capa de imprimación Todo terreno porque la melamina es muy poco porosa y no queremos que después salte la pintura. Y después a pintar, pintar, pintar sin parar... mojar y extender y vuelta a empezar...
En total, dos capas con unas cuantas horas de secado entre una y otra y un ligero lijado entre capas con la lija extra fina y ya podemos poner la laca protectora de acabado. Yo he puesto dos capas por más seguridad porque en los baños hay humedad y calor. He pintado el mueble y también un espejo con marco de madera color cerezo que hace tiempo que estaba en el trastero. 



Tiradores nuevos para darle un aire más vintage ahora que parece de madera pintada y voilà!


SIGUIENTE PASO: azulejos fuera! y no pienso hacer obra, así que he comprado pintura especial para azulejos y específica para el baño. Además, para curarme en salud le he dado una capa de imprimación Todo terreno a toooooodos los azulejos que voy a pintar... y en ello estoy...ya me lo imagino todo blanquito y sin rastro de verde...
¡Estoy emocionada... pero de vacaciones, así que para que mis chicos no me asesinen me voy a coger unos días de descanso y ya si eso cojo la brocha la semana que viene. ¡A la playita se ha dicho! Hasta luego queridas literaut@s la segunda parte muy prontito.


martes, 20 de febrero de 2018

CUARENTA Y.... ACNÉ!




Sí, el título es literal. Hoy me he levantado con un grano de tamaño considerable, imposible de camuflar con maquillaje y situado en una zona bien visible. Y. sí, hoy cumplo 40 añazos. Y me encanta cumplir años, pero celebrarlo con un grano no me hace tanta gracia, sobretodo teniendo en cuenta que la edad que cumplo hoy no es la más habitual para sufrir acné. No me jodas, que me salen arrugas y si me pongo cremitas me salen granos. Hay que joderse, que no puedo ni luchar contra la ley de la gravedad. La edad podría servirme de excusa para gastar cantidades ingentes de dinerito en la perfumería, pero ni eso. Y os puedo asegurar que todo cae. Esto ya lo hemos hablado, no hace falta comentar el rotulador permanente que sujeto con las tetas...es suficientemente bochornoso con solo pensarlo... Así que resumiendo... mi cara también cae. No tengo la piel tersa y fina, y empieza a descolgarse de mis mejillas a lo perro pachón. No tengo muchas arrugas gracias a mi tipo de piel pero cada una tenemos lo nuestro. Por eso, digo yo que es una broma del destino, que desde los 11 tenga que sufrir la compañía de los granos y no me abandonen ni a los cuarenta. Ya está bien ¿no?
La adolescencia es una mierda, y en parte es porque tu cuerpo va por libre y no te reconoces en él. Pues se ve que mi cuerpo rechaza cumplir años a su manera. y también va por libre, porque sigo sufriendo acné, siga los métodos de belleza que siga. Que no me lluevan ahora consultoras de merikey, porfiplís...que con los años también he perdido paciencia. Lo hago todo como debo, casi todos los días. Es decir... limpieza nocturna y limpieza mañanera, cremita hidratante pero no grasa, maquillaje matificante pero transpirante...y su puta madre. Pero, manda cojones que un día...¡un solo día! que utilizo una toallita desmaquilladora del super porque son las 10,30 de la noche y aún no me he sentado desde las 7 de la mañana y mi cuerpo me pide a gritos tirarme en plancha sobre el sofá, tenga que ser excusa o consecuencia, yo que sé..., para que me salga un grano del tamaño de un limón.  ¡Hombreeeeee! ¡¿¿Una tregua, no??! Y digo hombre, porque seguro que el que me está jodiendo tiene pene. Si hay alguien ahí arriba ¡stop in the name of love! Los 40 ya son una losa para las mujeres, por si no tenemos una roca bastante grande encima solo por tener vagina: menos sueldo, más presiones, menos respeto y más exigencias... (¡A la huelga el día 8 de marzo mis valientes literaut@s, que se las apañen sin nosotras!) Así que no necesito añadir los inconvenientes de la adolescencia a mi ...¿madurez? ¡Uy que mal suena...! (flor de la vida, mejor etapa de mi vida, momento álgido...lo que sea, pero algo que suene fabuloso...se admiten propuestas). Porque, aunque todo vaya cayendo, en esta etapa, lo mejor es que me la repanpinfla todo. Que pienso lo que quiero, digo lo que pienso y hago lo que quiero. Y que dure por los siglos de los siglos, amén. ¡Viva los 40, con granos o sin!  

PD. Por favor, alguien con pene, así en plan colegueo, ¿puede pedirle al que manda que me quite el grano para el sábado? Que me voy de farra con  mis amigas y quiero ir monísima de la muerte, para poder decir bien alto que celebro los 40 y no se lo crea ni el tato

PD2 Hoy pienso saltarme la eterna dieta...y aunque no me comeré una tarta tan deliciosa como la de la foto, una maravilla de Miss Cupcakes Castellón, pienso zamparme primero, segundo y postre, cortesía de mis tres hombres que me han prometido que hoy me hacen una cena suuuupeeeer especiaaaaal que me estará esperando cuando llegue de trabajar. (Los cumpleaños tendrían que ser siempre en sábado)



viernes, 8 de septiembre de 2017

Humo 0 - mis kilos y yo 1


No hay lugar a dudas. El titular es bastante gráfico...Sí. Me he cascado más de 4 kilitos entre el verano, las vacaciones y la ausencia de tabaco.
La tontería esa que se les ha ocurrido a los directores de la pesada y soporífera cruzada antitabaco es convencer al  fumador, desesperado por dejarlo, de que si lo deja no engordará. Que es un mito, dicen ellos... ¡Y una mierda pinchada en un palo! Tomad nota que mi báscula lo sabe, y no os creáis nada.

Si váis a dejar de fumar, y os lo recomiendo encarecidamente (no por el sufrimiento sino por lo que se ahorran mis pulmones y mi bolsillo), hay que asumir que durante unos meses engordaréis  hasta el infinito. Lo cual tampoco tiene nada de malo. En cualquier caso, será sólo unos meses. Luego, con un poquito de esfuerzo, todo vuelve a su lugar.
Ahora, con la rutina del otoño, el ponerse las pilas con el trabajo y esta manía que me ha entrado ultimamente por ser la nueva presentadora de Bricomanía, le he dicho adios a tres kilitos y espero despedir a dos más calzandome las zapatillas. Pero si se diera el caso de que mis dos amigos hayan venido para quedarse, no me importa. Me la repanplinfa. A mi Mr. Big le gustan mis carnes y a mi me encanta estar libre de humo. Y por eso os animo a intentarlo. Marcaros un objetivo y un motivo. El vuestro. Sea por la pasta, por esa tos llena de mocos asquerosísimos, o por un familiar que se ha marchado demasiado pronto...elige tu razón y hazlo.



Por si a algun@ le sirve os contaré la mía... La primera y más inmediata razón para lanzarme a la agonia de despedirme de la nicotina, fueron los euros. El vicio está por las nubes, y me daba mucha rabia gastar casi 5 euros al día en eso. ¡150 euros con los que irme a la pelu o comprarme unos zapatos estupendos cada mes! ¡1800€ para hacer un viaje al año! Pero ¿sabéis cual fue y ha sido el verdadero motor para conseguir alcanzar la cima de los 10 meses sin fumar??? Mi independencia. Sí. Esa que toda mujer ansía desde el principio de los tiempos. Independencia de sus padres, de sus maridos, de los hombres. Porque con lo que nos ha costado (y lo que nos queda) conseguir equipararnos a los hombres, somos tan idiotas que soltamos unas cadenas, para cogernos a otras. El tabaco nos hace esclavos. Nos domina. No nos deja actuar libremente. Ni hacer lo que nos apetece. Pues no he pasado  frio en las terrazas por fumar.... y ¿cuantas veces he recorrido calles y bares para comprar un paquete a horas intempestivas?  ¡Pero si he llegado casi a chuscarrarme las pestañas con la vitroceramica, por no tener fuego para encender un pitillo! Si eso es ser una mujer libre...¡que me tiñan el pelo de colores! Claro que estuve unos dias de mal humor y que digo muchas palabrotas. Claro que no sabía que hacer con las manos. Claro que aún hoy sin darme cuenta, busco la pitillera en mi bolso. Claro que a veces me cuesta relajarme, y me pongo a ordenar y limpiar de forma compulsiva (de ahí que me haya convertido en Dora decoradora). Pero ahora, sobretodo, soy yo misma. Yo misma, fabulosamente libre. Libre, libre como el viento y con unas pequeñísimas contraindicaciones: un par de kilitos y un pelín de incontinencia verbal.  Ventajas infinitas. Entre otras un olfato y gustos renovados ( encontrar todo tan bueno no ayuda a mi línea, eso sí), una casa muy ordenada y muy limpia, menos resfriados y mocos cero, un montón de pasta para llenar mi armario y cambiar mi look,  libertad total y aliento fresco...¡Qué más queréis por Diorrrrrr!

Razones no os faltan literaut@s fumadoras y fumadores. Deciros a vosotr@s mism@s...¡Porque yo lo valgo! Y fumaros el último. Y zamparos luego, a  mi salud, un donut de chocolate... o dos.

domingo, 3 de septiembre de 2017

Con las manos en la masa... renovando la cocina


Hola, hola, querid@s literautas... Ha llegado la hora de enseñaos el 'cómo se hizo' del lavado de cara de mi cocina ( y a fecha de hoy, todavía no he terminado del todo) Como os comenté en la entrada anterior, me ha poseído el espíritu de MacGiver, el manitas más famoso de la tele de los 80. Después de mejorar mi salón comedor, al que solo le falta una mano de pintura que le daremos en cuanto Mr. Big se lance (soy muy manitas pero con la pintura a gran escala me limito a mi papel de ayudante), me aventuré a cambiar la mesa y sillas de la cocina, que habían pasado tiempos mejores y que resultaban insuficientes para la familia de 4 tragones que somos. Mis pollitos han crecido y ahora el pollo y el gallito de corral necesitan una mesa más espaciosa. Siempre me había hecho ilusión una mesa redonda, pero cómo mi cocina es pequeña, me decía que no era para mí. Pero esta vez he dicho SÍ. ¿Para que quiero espacio en medio de la cocina? Ni que fuera a bailar  una sardana... Así que escogí mesa redonda en madera de pino teñida de negro y para hacer contraste, 4 sillas de pino de color blanco y cojines en gris oscuro. Todo de cierta cadena sueca que alimenta mi vena consumista. Todos los días tu chico no se levanta con alegría exclamando ¡Vámonos a Ikea Valencia! (Y mi Mr. Big menos) Así que aprovechando la visita, a la mesa y sillas se unieron unos trapos de cocina, un espartero y una monísima plantita.



  Tras la compra y posterior montaje tocaba visita a Leroy Merlín. Compramos un esmalte para azulejos en color negro antracita brillo y pintamos la cenefa. Sí, sí..., una típica cenefa con frutas de bodegón, que sin ser horripilante, a mí me parecía horrorosa. Cinta de pintor, un par de pasadas y un poco de pulso para perfeccionar los bordes y el resultado cada día que pasa me gusta más. La cenefa tiene un ligero relieve que destaca un montón con la capa monocolor en brillo y le da un toque entre vintage y moderno. Yo que sé cómo llamarlo, pero me gusta mucho el efecto. 
Primera capa




  Los muebles son de roble y hasta que no mueran no pienso cambiarlos que están muy bien. Pero me aburren soberanamente. Un día me atreveré a pintarlos con Chalk paint o pintura a la tiza, pero de momento me he conformado con hacer un experimento con vinilo blanco con dibujo de veta de madera. Como las puertas tienen marco con relieve he cubierto de vinilo  algunos centros y también frontales de cajones. Medir y cortar con paciencia es la clave. Para colocar el vinilo, sea el que sea, hay que pulverizar con agua (o agua jabonosa) la zona del mueble y también el vinilo. Luego hay que colocar con cuidado, pudiendo rectificar gracias al agua, y siempre ayudandonos de una espátula especial para vinilo, que no daña la superficie (no vale hacerlo con la regla como cuando forramos libros). Más vale cortar algún milímetro de más y luego corregir con un cúter. El efecto es alucinante. Es difícil de apreciar bien en la foto, pero el dibujo de la veta de madera hace que parezca pintura. El color blanco da luz a la cocina y estoy decidida a hacer todos los muebles. Ya os lo enseño en cuanto acabe. De momento queda así...
Puertas y cajones
 
Frontal de los especieros

El rodapié de color roble estaba muy estropeado de los productos de fregar el suelo, así que animada por el buen resultado del vinilo y lo fácil que es de colocar, compré vinilo de imitación acero inoxidable y cubrí todo el bajo de los muebles de cocina.


Por último, para darle un toque moderno y funcional, cubrí con vinilo de pizarra negra el lateral de madera de roble del mueble en el que queda encastrado el frigorífico. Y mis hijos y yo nos hemos dedicado a decorar con rotulador blanco de tiza. Nos sirve para dejarnos notitas, escribir el menú y frases chulas. Ha quedado monísima.

mi pizarrita...


 Un aspecto renovado para mi cocina que completé cambiando los cuadros por otros más actuales de madera, colocando un par de ganchos adhesivos para colgar y un nuevo salero. Adiós al azul y marrón y bienvenidos blanco y negro. 

 



 Espero vuestros comentarios...y si os gusta compartid en vustras redes sociales...




Renovar mi casa...y no morir en el intento.

   Hola querid@s literautas. Bienvenid@s a bricomanía.  He descubierto una nueva faceta en mí: soy la fan número 1 del «hágalo usted mismo».Y es que cuando empiezo algo nuevo y descubro que me gusta...solo me para la falta de presupuesto.
Sé que no escribo desde hace tiempo en el blog, pero es que  he descubierto el bricolaje y me he convertido en una loca del martillo, la taladradora, el vinilo, el papel pintado y la decoración. Ni para leer tenía tiempo hasta que no han llegado las vacaciones.
Si no eres manitas, abstente de intentarlo...pero echa un vistazo que me ha costado esfuerzo y me hace ilu enseñarlo. Pero si tienes maña para las manualidades, de hacer disfraces para tus hijos a redecorar tu casa, solo hay un paso... Bueno, dos: tener ganas de aprender y de ver tutoriales en google.
En internet hay de todo y ahí empezó todo...
No sé si os pasará, pero para mí es súper importante la decoración y el orden de mi casa. Llamadlo feng sui, manías, pijería...o como queríais...pero necesito, para mi salud mental, mantener una estética en mi casa. Hace tiempo que sé que mi casa no es actual en cuanto a moda se refiere, pero no está el horno para bollos, ni el bolsillo para cambiar muebles. Además, la crisis y el percibir lo asquerosamente superficial que es este mundo, me ha hecho variar el prisma a través del cual miro. Hay muebles y objetos de decoración, que con un lavado de cara, pueden seguir haciendo su papel, e incluso convertirse en el centro de una habitación. ¡A reciclar se ha dicho!
Yo vivía en mi casa, pero no la vivía agusto, no se si me entendéis. Igual pensáis que estoy loca, pero desde que le he lavado la cara a la cocina hasta la limpio más contenta. 15 años en cuanto a modas y estilos, es lo que tienen. Y es peor que usar los muebles de la abuela. Porque al menos, si tienes muebles de hace 50 años son vintage...pero yo tengo muebles...un pelín trasnochadillos.
¿Pero...no eran modernos?...Me dice mi Mr Big (pero me deja hacer y me echa una mano en mis locuras). Claro, eran modernos en su día. Así que, convencida de que necesitaba darle una vuelta a mi casa para quererla un poquito más, (no me queda otra, a no ser que me toque la lotería),  me metí en internet a leer todo tipo de blogs de decoración, de manualidades, bricolaje... Buscando ideas y poniendo patas arriba el catálogo de IKEA.
La primavera la sangre altera, y empecé moviendo cuadros de sitio y cambiando las fundas de los cojines del sofá ¡¿Cómo no se me había ocurrido antes?! Pero si me canso en tres años de la camiseta de turno, como pretendo vestir mi casa durante 14 años igual. Es cómo si llevara el mismo corte de pelo desde los 18...¡qué horror! Así que cansada de la gama cromática de mi salón comedor decidí cambiarla por completo. Ni corta ni perezosa, compré unas fundas gris antracita para los sofás, cojines nuevos, y ¡ale! a mover decoración. De aquí a allí y de allí a aquí. 




  Además, coloqué una estantería de pared para delimitar una pequeña zona para el ordenador (mi territorio literauta), e hice una composición de fotos en blanco y negro que han quedado chulísimas y muy artísticas para ser fotos familiares. Si hasta repinté el lienzo colgado encima del sofá de tres plazas para que quedara bien con los nuevos colores. Del lila, berenjena y morados...pasamos al gris, blanco y negro, con toques de rojo para dar color. 
 
  
Me fui viniendo arriba (¡subidón, subidón!) y acabé comprando tela y tapizando las seis sillas y un par de silloncitos que tenía en otra habitación y que recoloqué en el salón. Cuidadín que soy un pelín peligrosa con la grapadora...


  
Presupuesto mínimo y me encantó el resultado, pero más me gustó la sensación de euforia al terminar. Me enganché al handmade. No lo puedo explicar pero iba cortando tela y dándole a la grapadora y no podía parar. Estaba en pleno subidón...

Es como una nueva droga de diseño. 
¡Tengo bricodependenciaaaaaa!

  Después del salón, en cuanto llegó el verano (disfruto de más tiempo libre porque trabajo menos horas), me lancé a por la cocina. Y aquí si hemos comprado sillas y mesa, porque nos hacía mucha falta cambiarlas. Pero además hemos hecho una pizarra gigante, cambiado un poco la imagen de los armarios y cuatro chorradas de textil...hasta a coser me he lanzado...pero esto os lo cuento en el próximo post...aunque os dejo una fotito del proceso para que vayáis haciendo boca... hasta otra querid@s literautas...
De compras

¡Fuera cenefa!


Pizarra nueva


lunes, 7 de agosto de 2017

OLA DE CALOR VACACIONAL



La semana que viene me voy de vacaciones. ¿Que dónde me voy? ¿A la playita como el año pasado???? Pues no. Ni de coña me vuelvo a Alicante a que me sude hasta el...alma. Sí, sí,... estoy de las olas de calor hasta el potorro. Cuatro o cinco llevamos ya esté verano interminable. Yo este año voy a buscar el fresquíviri. ¡Nos vamos al norte! Cantábrico... ¡espérame que voy! Desde Santurce a Bilbao, pienso ir por toda la orilla, comiendo pinchos y con la falda arremangada. Lo de lucir la pantorrilla, casi que lo vamos a dejar, que yo tengo mucha pierna, muslo y contramuslo... Y los vascos tienen su punto,  pero las vascas son de armas tomar...no la vayamos a liar. Ay! Sería bonito hacer un viaje de mujeres... A pescar vascos iría yo! Que mira por donde, no lo he hecho nunca. Ni vascos, ni de ninguna otra procedencia. Vamos, que no me he ido de pesca con amigas desde el Pleistoceno. Y de viaje ya no te cuento. La vida familiar es lo que tiene, que ya no pescas ni una trucha. Y yo mi vida familiar la empecé hace mucho, mucho, mucho tiempo atrás. Que os voy a contar. Y, oye, que quede claro que me encanta my family. Adoro a mis hombres, aunque a veces les haría el petate y los mandaría de campamento. Sí. A los tres. Mr. Big incluido. Pero hoy, en vísperas de hacer maletas y bártulos para cuatro personas y una semana fuera de casa, añoro la maletita de uno. Esa maleta que llenaría de trapitos monos, a riesgo de morir de un empacho de hacer listas para conseguir que combine todo con sólo un par de zapatos. Esa que cerraría sentando encima  mi pandero, muslo y contramuslo incluido, porque, por supuesto, acabo enviando las listas a la mierda y metiendo tres pares de zapatos, con sus correspondientes bolsos de mañana tarde y noche, la rebequita por si hace frío y la madre que lo parió. 
Que no. Que no sé hacer maletas sin estresarme. Y lo bueno es que, en un plis tengo la ropa de mis hombrecitos y mi hombretón preparadas. Pero...¡Ay cuando llega la hora de empaquetar lo mío! La cosa está muy chunga para decidirse. ¿Y si hace frío?, ¿Y si hace calor? ¿Y si caen chuzos de punta?, ¿ Y si hay una tormenta de nieve tipo fin el mundo, y nos quedamos atrapados y hemos de sobrevivir en la biblioteca quemando libros hasta que Dennis Quaid venga a rescatarnos con su trineo?????? ¡¡¡¿¿¿No me agradecerán entonces que meta en la maleta un pack de seis latas de atún de hacendado, una bolsa de pan de sandwich y mi superchaquetón con capucha de pelo que me queda divino y me tapa el frío???!!!
Si estáis o habéis estado en mi situación, está vez no creo que acabe el mundo. Lo he investigado y es poco probable que muramos todos precisamente este mes de agosto. Primero, porque he repasado todos los horóscopos, predicciones mayas, etc., y no he encontrado nada preocupante, a parte  de leer que tendré una avería en mi coche ( ¡Por dior noooooo! que el mes de julio llevo dos, una en cada vehículo) Segundo, y más definitivo, el mes de agosto no trabaja ni el tato. Así que no hay que preocuparse, porque ni los alienígenas van a molestarse en conquistar el mundo. Lo único con esta ola de calor, es que los glaciares se descongelen, así que por si acaso, yo meto en la maleta una barca hinchable bien plegadita. Y la hinchamos a pulmón, eso sí. Que si meto el hinchador no me caben las chanclas de pedrería. 
Ala, querid@s literaut@s, me voy a hacer listas y montones de ropa que sólo me quedan seis días, diez horas y cuarenta minutos para irme de vacaciones.
Y para ambientarme un poquito de músiquita de la zona...para entrar en situación...