lunes, 7 de agosto de 2017

OLA DE CALOR VACACIONAL



La semana que viene me voy de vacaciones. ¿Que dónde me voy? ¿A la playita como el año pasado???? Pues no. Ni de coña me vuelvo a Alicante a que me sude hasta el...alma. Sí, sí,... estoy de las olas de calor hasta el potorro. Cuatro o cinco llevamos ya esté verano interminable. Yo este año voy a buscar el fresquíviri. ¡Nos vamos al norte! Cantábrico... ¡espérame que voy! Desde Santurce a Bilbao, pienso ir por toda la orilla, comiendo pinchos y con la falda arremangada. Lo de lucir la pantorrilla, casi que lo vamos a dejar, que yo tengo mucha pierna, muslo y contramuslo... Y los vascos tienen su punto,  pero las vascas son de armas tomar...no la vayamos a liar. Ay! Sería bonito hacer un viaje de mujeres... A pescar vascos iría yo! Que mira por donde, no lo he hecho nunca. Ni vascos, ni de ninguna otra procedencia. Vamos, que no me he ido de pesca con amigas desde el Pleistoceno. Y de viaje ya no te cuento. La vida familiar es lo que tiene, que ya no pescas ni una trucha. Y yo mi vida familiar la empecé hace mucho, mucho, mucho tiempo atrás. Que os voy a contar. Y, oye, que quede claro que me encanta my family. Adoro a mis hombres, aunque a veces les haría el petate y los mandaría de campamento. Sí. A los tres. Mr. Big incluido. Pero hoy, en vísperas de hacer maletas y bártulos para cuatro personas y una semana fuera de casa, añoro la maletita de uno. Esa maleta que llenaría de trapitos monos, a riesgo de morir de un empacho de hacer listas para conseguir que combine todo con sólo un par de zapatos. Esa que cerraría sentando encima  mi pandero, muslo y contramuslo incluido, porque, por supuesto, acabo enviando las listas a la mierda y metiendo tres pares de zapatos, con sus correspondientes bolsos de mañana tarde y noche, la rebequita por si hace frío y la madre que lo parió. 
Que no. Que no sé hacer maletas sin estresarme. Y lo bueno es que, en un plis tengo la ropa de mis hombrecitos y mi hombretón preparadas. Pero...¡Ay cuando llega la hora de empaquetar lo mío! La cosa está muy chunga para decidirse. ¿Y si hace frío?, ¿Y si hace calor? ¿Y si caen chuzos de punta?, ¿ Y si hay una tormenta de nieve tipo fin el mundo, y nos quedamos atrapados y hemos de sobrevivir en la biblioteca quemando libros hasta que Dennis Quaid venga a rescatarnos con su trineo?????? ¡¡¡¿¿¿No me agradecerán entonces que meta en la maleta un pack de seis latas de atún de hacendado, una bolsa de pan de sandwich y mi superchaquetón con capucha de pelo que me queda divino y me tapa el frío???!!!
Si estáis o habéis estado en mi situación, está vez no creo que acabe el mundo. Lo he investigado y es poco probable que muramos todos precisamente este mes de agosto. Primero, porque he repasado todos los horóscopos, predicciones mayas, etc., y no he encontrado nada preocupante, a parte  de leer que tendré una avería en mi coche ( ¡Por dior noooooo! que el mes de julio llevo dos, una en cada vehículo) Segundo, y más definitivo, el mes de agosto no trabaja ni el tato. Así que no hay que preocuparse, porque ni los alienígenas van a molestarse en conquistar el mundo. Lo único con esta ola de calor, es que los glaciares se descongelen, así que por si acaso, yo meto en la maleta una barca hinchable bien plegadita. Y la hinchamos a pulmón, eso sí. Que si meto el hinchador no me caben las chanclas de pedrería. 
Ala, querid@s literaut@s, me voy a hacer listas y montones de ropa que sólo me quedan seis días, diez horas y cuarenta minutos para irme de vacaciones.
Y para ambientarme un poquito de músiquita de la zona...para entrar en situación...