domingo, 29 de marzo de 2015

VENUS, MARTE Y LAS MIGAS DEL ASUNTO.


    
    Esta semana Sarah Jessica Parker ha cumplido 50 añazos repletos de glamour, de manolos y de cosmopólitans con amigas. Y es que la actriz va a quedar unida para siempre a su personaje más carismatico y conocido: Carrie Bradshaw, la escritora y columnista neoyorquina, que luce palmito y soltería por Nueva York, buscando a su hombre, siempre del brazo de sus tres queridas amigas Samantha, Charlote y Miranda. ¿Quien no ha visto aunque sea un capítulo de Sexo en Nueva York? ¿Quién no se ha hecho casi pis de la risa con las salidas de tono de Samantha y su completa ausencia de pelos en la lengua? ¿O no ha alucinado con las aventuras y desventuras para encontrar marido de la puritana Charlotte? 
La verdad es que en esta serie lo mejor eran los diálogos socarrones, y algunas de sus teorías sobre el sexo masculino no tienen desperdicio. Supongo que entre la liga, la champions y la madre que lo parió, ellos también sacan tiempo para hablar de nosotras, pero dudo que lo hagan con tanto arte como las chicas de Sexo en Nueva York. Echad un ojo a youtube, y veréis lo que quiero decir. Los guionistas, creo yo, deben ser mujeres, porque las conversaciones no tienen desperdicio.

Y es que ELLOS, son en la mayoría de los casos nuestro tema de conversación. Ya sea para hablar del polvazo o el gatillazo del sábado, de las migas del desayuno o de los calzoncillos tirados por ahí o del buenorro del vecino del quinto. ellos van a salir en la conversación, para bien o para mal. Para alabarlos o para ponerlos más verdes que la rana gustavo, ellos siempre monopolizan nuestra conversación. ¿Por qué? Porque le damos demasiadas vueltas. Porque mientras que ellos ante un comentario, situación, llamada de atención, crítica o lo que sea, dedican unos segundos de su tiempo a reflexionar y extraer la conclusión, sea acertada o no..., pues nosotras, con nuestro retorcido cerebro femenino, somos capaces de debatir durante horas y analizar hasta la saciedad, por ejemplo, porque no bajan la tapa del water. Conclusión: estamos condenadas a aguantarnos. AJO Y AGUA. Sí, sí, sí y sí. A ver,...un claro ejemplo: Después de levantarme día tras día a las 7.30 de la mañana y limpiar, día tras día, medio sonámbula, las migas del banco de la cocina que me deja mi marido cuando desayuna y se hace el bocata del almuerzo... Después de soltarle, día tras día, graciosas puyas, para evitar la confrontación, y ver que no se da por aludido..., un día va y te cabreas. Y le pides por favor que limpie las dichosas migas. Él, todo dulzura, te dice que a las 6 de la mañana va sonámbulo, y que le perdones. Y tú claro que lo perdonas. Pero yo me pregunto de que me sirve perdonarlo si día tras día, yo también sonámbula, sigo limpiando migas. Pero eh, tranquilas...hay que comprender que si se levanta a las 6 de la mañana y se cae de sueño tiene derecho a no limpiar migas. Yo, como tengo derecho a una hora más de sueño, tengo que recoger sus migas, las mías, las de los niños, hacer almuerzos, vestir niños, hacer camas, subir persianas, ventilar...y por supuesto ducharme y ponerme mona para ir a trabajar. Y ¡oh Dios mío, como un día se te peguen las sábanas (¡que crimen más inaceptable para una supermujer!), y te toque volar como una loca histérica por la casa para llegar a las nueve al cole como madre responsable que eres, y cometas un mísero y pequeñísimo error, como dejar tus bragas en un rinconcito del baño, u olvidar ese papelito (cabrón resbaladizo) del salvaeslip encima de la cama...TRANQUILAAAAS, que os lo recordarán. Y entonces es cuando nosotras que estamos, día tras día, recogiendo migas de la cocina, o pelos de la ducha, o bajando tapas del retrete, entre otras cosas, ES-TA-LLA-MOS. Y de ahí, de nuestra reacción de locas histéricas, es de donde nos viene la etiqueta de pesadas maniáticas. Y nuestra diferencia con ellos, ¿sabéis cual es? Que después de discutir ayer de sus migas y mis bragas, yo esta mañana me he asegurado de dejar todo aseadito para que no tuviera nada que reprocharme (Ay que tontas somos por favor). Y él...¿qué ha hecho él? Pues dejarme sus migas de recuerdo. HAY QUE JODERSE. ¿Le ha quitado el sueño verme enfadada, aunque fuera por una chorrada? Pues no. Y, sin embargo si yo hoy me hubiera tomado una cafelito con amigas, le habríamos dedicado al tema migas y bragas, al menos cuarenta y cinco minutos. Como hoy no he tenido la suerte de disfrutar de café de chicas, pues aquí os he dejado el post para confirmarme a mi misma y a vosotras literaut@s, que los hombres son de marte y las mujeres de venus, por los siglos de los siglos y amén.

Y aquí os dejo un regalito made in Sex on the city, para que comprobéis cual diferentes somos...buenas noches literaut@s.

lunes, 23 de marzo de 2015

DESPERTAD VUESTROS CORAZONES DORMIDOS

   Doce días he tardado en escribir un nuevo post con reseña literaria. Los mismos doce días que he estado atrapada en los eternos bosques de Soria, entre seres paranormales, misteriosos secretos y aventuras y peligros. Como si de una leyenda de Becquer se tratara, he conocido seres inmortales, he vivido el amor imposible por lo sobrehumano de uno de los protagonistas, y también la crueldad de la humanidad movida por el afán de dinero y poder, que casi siempre puede ser peor que cualquier ser sobrenatural.
 Tras la repentina muerte de su abuela y el suicidio de su madre, Clara debe mudarse de Barcelona a Colmenar, en Soria, para vivir con el único pariente vivo que le queda; su tío Álvaro. En una aldea alejada en mitad de la montaña, Clara deberá superar las trágicas pérdidas y seguir adelante. Sin embargo, pronto descubrirá que su estancia en Colmenar no va a ser tan idílica y tranquila. Al poco de llegar, comenzará a escuchar ruidos, a sentir una presencia extraña que la observa y a ver el rostro de un hermoso fantasma en las ventanas de su nuevo hogar. Intrigada y asustada a partes iguales, Clara irá descubriendo los secretos de su familia y de una extraña leyenda sobre espíritus encerrados en el corazón del bosque, mientras su corazón vuelve a palpitar por alguien que, simplemente, no debería existir.

  El bosque de los corazones dormidos es la primera novela juvenil de Esther Sanz. En la historia se mezclan elementos propios del thriller y del misterio, y una preciosa historia de amor con toques fantásticos, ambientada en España, con ciertos tintes del romance paranormal americano al que ya estamos más que habituados. Sin embargo, hay que aplaudir a la autora que haya sido más original, y se haya esforzado en crear una estupenda historia sin vampiros, ni ángeles, ni hombres lobo que nada tiene que envidiar a otras sagas internacionales. 
Una vez te sumerges en la historia, no puedes parar de leer, y te ves transportada sin remedio a la profundidad de los bosques sorianos, a su espesura, su verdor, y ese frío que casi te cala los huesos. La ambientación de la historia es genial, y esas referencias a las leyendas de Becquer y a otras historias locales llenas de misterio me ha encantado. 
De los otros dos libros, no quiero contar mucho, porque es difícil sin spoilearos la historia. Y quiero que, si os animáis a leerlos, os sorprendáis como yo con los misterios que va desentrañando la protagonista. El segundo libro de la trilogía, El jardín de las hadas sin sueño, empieza con la huida de la protagonista a Londres, con lo que dejamos atrás los bosques para sumergirnos en un ambiente más urbanita. Pero los peligros la perseguirán y la acabarán llevando de vuelta al bosque. El tercero, La ciudad de la luna eterna, transcurre en parte en la ciudad de Florencia, que me encanta, por lo que me gustaron las descripciones y los guiños a lugares que ya conocía. De los tres libros, posiblemente es el más flojo, pero mantiene la intensidad a la par que se va resolviendo el triángulo amoroso. 
En definitiva, si os gustan esas novelas con tintes románticos que te hagan suspirar, pero que también te obliguen a pensar, no deberíais dejar de leerla, ya que tiene una trama fantástica muy original que brilla por si sola, y que te lleva a perderte en la frondosidad de ese bosque en Soria.

miércoles, 18 de marzo de 2015

SOBREDOSIS DE ROMANCE EN MI CINEXÍN



Hola queridas literaut@s, ¿sabéis de qué película es esta enternecedora declaración de amor?




    Sí, es LOVE ACTUALLY, una de mis películas favoritas.(Si existiera el libro sería mejor, pero me conformo). PELÍCULAS, así en mayúsculas, tengo unas cuantas. Y, claro, si ya me conocéis un poco, sabréis que todas son románticas, sí o sí.
    ¿Que nos pasa a las mujeres con las pelis románticas? Yo creo que ya nos viene desde el Cinexín de disney, plagado de príncipes, castillos, zapatitos de cristal...Y claro, ahora, el Señor Grey es la bestia, que en el original era feo pero también millonario, y nosotras la Cenicienta con unos manolos en los pies, como Carrie Bradshaw en Sexo en Nueva York. Ya desde la infancia  estamos predeterminadas para que las películas de romances eternos nos hagan suspirar, gritar, reír, llorar y mirar embobadas la pantalla una y otra vez, una y otra vez, y otra, y otra... Y es que puede gustarme mucho, e incluso impresionarme, una película como Gladiator, que me encanta. Pero la única razón por la que la he visto más de una vez y de dos, es porque es la PELÍCULA de mi marido, y no me queda otra. Sin embargo, si es de género romántico, y encima buena (que malas también hay unas cuantas), puedo llegar a ver la misma película decenas de veces sin cansarme. En concreto Love actually, puede que la haya visto quince o veinte veces, y sólo con buscar la escena en el youtube, ya tenía ganas de verla de nuevo. 
   Estamos un poco enfermas ¿eh? Que ganas de torturarnos con lo que no tenemos. Y es que, al menos yo todavía no he abierto la puerta y me he encontrado con el mejor amigo de mi marido que está rebueno, e inexplicablemente sin pareja, para declararse cual príncipe azul con unos cartelitos monísimos propios de un artista, para que mi marido repantigado en el sofá, no se entere de la película. A ver...esas cosas no pasan. Como mucho te hace ojitos el del gas o el cartero, que el mío no siempre llama dos veces, con una ya se conforma.
   Total, que te pones a analizarlo y te deprimes soberanamente. Porque son pocas las que han pescado al uno entre un millón que es calcado al protagonista de la película de turno.
Pero no pasa nada...vamos con la pescadilla que se muerde la cola...Como me estoy deprimiendo, viendo lo que tengo al lado, que no sabe ni que regalo comprarme para mi cumpleaños, voy a recurrir al plan B: ponerme una película super-romántica. Y para momentos especialmente de bajón, recurro al plan C: maratón de Saga Crepúsculo. Y como no tengo el cuerpo para luchas vampíricas, usaré la tecnología a mi favor, y me voy a saltar a vampiros, lobos y demás, para recorrer todas las escenas de amor de las cuatro películas. ¿No me diréis que no es una solución eficaz para el bajón? ¡Menudo subidón! aunque igual alguna diría que es más una sobredosis de romance, y que prefiere darse un atracón de chocolate. Pero mira, si me tienen que subir los niveles, más vale que sean los de la libido, en vez de los del azucar. Bueno, os dejo que estoy solita en casa, con todo el sofá para mí, y dispuesta a darme un atracón de amor...en mi pantalla plana.
   Os dejo el vídeo de Christina Perri de Amanecer Parte 2, para que vayáis haciendo boca...

lunes, 16 de marzo de 2015

ALICIA... ENTRE NEONES


Beita literaut@ escribiendo...
"Los dos primeros años fueron un fiel reflejo de nuestro primer encuentro: él era el sol y yo el planeta que orbitaba a su alrededor. Me adapté totalmente a mi papel en aquella relación como se ciñen las medias a la piel. Y eran unas medias de esas con refuerzo que mantienen el michelín bajo control. Sólo que era mi propio yo lo que estaba bajo control(…). Me equivoqué. Y ¿sabéis qué pasa cuando te equivocas de talla de medias? Que son demasiado ajustadas, acaban por romperse y van derechitas sin remedio a la basura. Nuestra relación también era demasiado ajustada. Ajustada a su trabajo, a su casa, a su gente, a su vida. Y no se puede ir siempre tan apretada porque es malo para la circulación.(...)
 Y por eso aquel día allí estaba yo, en la terraza de nuestro ático de la Gran Vía, fumando un cigarrillo tras otro, rodeada de luces de neón, y apoyada en la baranda de piedra observando absorta la pantalla publicitaria de Callao, y dándole vueltas a la cabeza. Aquel día…, viendo el humo ascender hacia el cielo madrileño, me di cuenta de que había sido tal mi deslumbramiento y mi enamoramiento por él, que sencillamente me había limitado a vivir su maravillosa vida, y me había olvidado de construir la mía.(...)
 Me quería a mí misma demasiado para seguir anulándome de esa manera. Así que, cuando oí la llave en la cerradura, cogí aire profundamente y aguanté la respiración, antes de levantarme y acercarme a él con el tenemos que hablar prendido de mis labios."

Aquí tenéis un retazo de mi historia. Y os dejo la imagen que mantiene absorta a Alicia desde el ático, mientras intenta desenredar el hilo de su vida. ¿Por qué compartirlo con vosotr@s literaut@? Porque la escritura es como la vida: siempre es mejor si puedes compartirla.

jueves, 12 de marzo de 2015

SECRETOS Y MENTIRAS...

 Todos tenemos secretos. Unos más inconfesables que otros, pero siempre están ahí. ¿Y por qué no habríamos de tenerlos? Un deseo, un sueño, un error, una aspiración, un amor, un amante, un amigo... ¿Es bueno tener secretos? Todos necesitamos nuestra parcela de privacidad, pero siempre depende del prisma con que se mire y de lo que se oculta. Que tu pareja actual a quien adoras sepa que él no es el amor de tu vida, tampoco es necesario. ¿Para que causar dolor innecesario? Pero hay cosas que sobretodo a una pareja o un amigo muy intimo, es mejor confesar, porque una relación debe construirse desde la total confianza, y hay pareceres, impresiones o dudas que siempre deben compartirse y nunca deben ocultarse bajo el sofá. Por lo general ocultamos cosas que nos avergüenzan,  que consideramos una debilidad o que no nos gustan del otro. Callamos ante los demás lo que quisiéramos callar ante nosotros mismos, y el silencio puede ser el cementerio de una relación. Porque hacer como que no está, no significa que no esté, y tarde o temprano acaba explotándonos en la cara. 
Hasta aquí todo claro. Pero sería de recibo no poder guardar para nosotr@s mism@s pequeños detalles, fantasías o experiencias. Y me he puesto a pensar que cosillas es mejor que una mujer no comparta con su hombre y creo que las más importantes son cuatro: 
_ Exnovios, exrolletes, examantes hay que ocultarlos en su totalidad si no queremos que el fantasma de las relaciones pasadas haga su aparición. 
_ "No soporto a tu..." madre, hermana, amigo pesado, etc. Decir a nuestro chico lo que realmente pensamos de su madre o de su mejor amigo no es buena idea. Viva la diplomacia, la falsedad y el eufemismo.
_ Lo que nos gastamos en...ropa, complementos y zapatos. Si tu chico es de detalles y se fija en todo, inventate descuentos y chollos. Y si no se entera de lo que hay en el armario, tienes la veda abierta para fundir tarjeta. Si vas de compras solo debes confesar la prenda más llamativa porque del resto no se va a coscar.
_ Lo que pensamos de verdad de sus regalos. En un 80 por cien no van a acertar y eso no tiene discusión. Pero más vale no herir sus sentimientos, no sea que al próximo cumpleaños te quedes sin nada.
Así que, queridas literaut@s,  guardad bajo llave vuestros más oscuros secretos y compartid solo unos pocos.


Y ¿por qué me he puesto yo a pensar en secretos y mentiras piadosas? Pues porque acabo de terminar un nuevo libro que trata sobretodo de secretos. Por lo tanto, aquí os dejo la reseña para que juzguéis por vosotras mismas.  
“Bajo los tilos" es una historia que te atrapa desde el primer capítulo. La protagonista, María, que vive en Valladolid y está embarazada de su primer hijo, se ve sorprendida por el fallecimiento repentino de su madre, Elena, a bordo de un avión con destino Nueva York. La sorpresa al no saber porque su madre, una mujer de su casa muy tradicional, había cogido un avión al otro lado del mundo sin avisar a su marido ni a sus hijos, hace que María se ponga a investigar, impactada al darse cuenta de que no conoce a su madre de verdad.  Por el camino descubrirá más secretos ocultos de los que se podía imaginar. 
Es una historia donde el protagonismo lo tienen los personajes femeninos empezando por Elena y siguiendo por su hija María, que se ve superada una y otra vez por lo que va descubriendo de la vida de su madre, pero entre tanto dolor necesita rebuscar la verdad para encontrarse a si misma. Amor, dolor, reconciliación, perdón...la búsqueda de la verdad y el deseo de conocer nuestros orígenes para conocernos a nosotros mismos construyen esta novela de la escritora cordobesa María José Moreno Díaz. Una buena y entretenida elección.

martes, 10 de marzo de 2015

EL TIEMPO ENTRE NOSOTROS


  Hola literaut@s, si os apetece leer una novela juvenil, muy fresca y rómántica, o si tenéis una jovencita en casa a quien regalarle un buen libro, esta es una buena opción. El tiempo entre nosotros de la escritora americana Tamara Ireland Stone, es un libro entretenido y con una temática muy original. 


Anna vive en los suburbios de Chicago en 1995. Es una joven deportista en su último año de instituto. Amante de la música y con deseos de viajar por el mundo, se siente un poco atrapada en su barrio.
Bennet vive en San Francisco en 2012. Es un gran aficionado a los conciertos y además de viajar por todo el mundo...es viajero del tiempo. 
A kilómetros y años de distancia, no deberían haberse conocido, pero las circunstancias hacen que Bennet y Anna se encuentren en 1995 y se embarquen en una aventura, conscientes de que la historia podría acabar con sus corazones rotos. 
¿Cuanto tiempo podrá Bennet permanecer en un tiempo que no es el suyo? ¿Hasta donde podrán forzar el destino para estar juntos?


¿Os imagináis poder viajar en el continuo espacio-tiempo? El protagonista del libro puede teletransportarse a cualquier lugar del mundo con sólo pensar en él. ¡Uy uy uy...a una isla desierta me iría yo más de un día! Pero lo más alucinante es que puede ir a cualquier época comprendida desde el momento que ha nacido hasta su edad actual. No puede ver el futuro ni el pasado más remoto, no puede visitar unas termas romanas o asistir en directo a la llegada del hombre a la luna. Pero no seré yo la que ponga pegas al don, que queréis que os diga... porque poder retroceder en tu vida debe ser fabuloso.
El problema es que, según parece, no se debe intervenir ni cambiar nada del pasado, por eso del efecto mariposa. Y es que un mínimo detalle, tan imperceptible como el aleteo de una diminuta mariposa, puede condicionar que el futuro cambie. ¡PUES VAYA MIERDA! Porqué, a ver...¿para que quiero volver atrás en el tiempo para ser mera observadora de como la pifio una y otra vez? Si vuelvo al mes de agosto de mis 12 años en Aquarama cuando se me salió una teta al tirarme de las dunas, y salí de la piscina tan pancha enseñando pecho durante unos cincuenta metros...pues no voy a repetir tremenda actuación bochornosa. Casi que directamente no me tiraría por las dunas y ya está, que les he cogido manía desde entonces. Y si con 16, mis padres me pillaron un paquete de tabaco (que por supuesto no era mío), pues sería interesante guardarlo mucho mejor, para no tener que inventarme excusas, y acabar castigada igualmente.
Además, si pudiéramos viajar en el tiempo, las cosas buenas las disfrutaríamos más. Para que vamos a sufrir en esas innumerables ocasiones que engañamos a nuestros padres, si ya sabemos que no nos llegaron a pillar. Que influir en el pasado puede ser peligroso ya lo sabemos, pero yo no voy a evitar que derriben el muro de Berlín, sólo a alargar un poquito más aquel magreo que me dí con....que os lo creéis vosotras que os lo voy a contar...¿Pero a que todas estáis pensando en alguien? ¡Ay, quien tuviera una máquina del tiempo para volver a tener 18! Sabiendo lo que sabemos ahora...madre mía ¡que peligro tendríamos! Yo de momento voy a hacer una lista con unas cuantas cosas que rectificar, para estar preparada, porque esto de los avances tecnológicos avanza a la velocidad de la luz y no quiero que me pille la invención de la máquina del tiempo en bragas, que con enseñar teta ya tengo bastante, y no hace falta lucir también pandero.
Buenas noches literaut@s y buen viaje en el tiempo.

sábado, 7 de marzo de 2015

¿MEJOR SIN...?

 Buenas noches literaut@s, antes de acostarme he querido reflexionar sobre la desternillante obra de teatro que acabo de ver, por cierto gratis (icono de palmas del whatsapp) y en la Casa de la Cultura de Almazora (más palmas). "¿Mejor sin? Reflexiones de una madre arrepentida, a ratos" es un monólogo a tres bandas, de tres madres desesperadas. Desesperadas porque la sociedad las empuja a ser madres y a desear serlo y por lo hartas que están de ser eso,...madres. Empezamos nuestra metamorfosis de mujer a madre deseando fervientemente un hijo que prosiga con nuestra estirpe y que sea carne de nuestra carne. Y lo planificamos todo a conciencia: amueblamos su habitación, la llegamos de juguetes para que al niño no le falte de nada, compramos un carrito de última generación al que solo le falta el piloto automático, llenamos el armario hasta que el niño tiene más modelitos que nosotras mismas y leemos todo lo que cae en nuestras manos sobre la crianza de los hijos. Y cuando nace el niño, decides y gritas a los cuatro vientos que acabas de vivir el momento más feliz de tu vida..., si no fuera porque las contracciones te partían la espalda en dos, te pasaste diez horas para sacar aquello por un agujero del tamaño de un guisante y encima tuvo que intervenir el bisturí con los consabidos puntos, y con las almorranas llamando a tu puerta. Pero ¡chisssst! ...fue el día más feliz de mi vida, y no se hable más... . Durante unos meses, disfrutamos del vínculo madre-hijo como nadie. Esa unión es irrompible. Y tanto...porque si suelta pezón berrea como un descosido. Pues ¡ala!, a dormir al sofá con el niño en brazos y la teta fuera. Y tú eres una madre feliz cuando sales a lucir niño por la calle, porque en tu casa más bien pareces una zombi con las pocas camisetas que te caben empapadas de leche. Pero poco a poco todo cambia, y se acaba lo de amamantar a tu cría y retornas al mundo laboral. Ahora sí. Ahora si que vas de puto culo, y encima la culpabilidad por abandonar a tu pollito en el nido de otros es lo peor. Pero lo superas y todo pasa. El niño crece y empieza con sus primeras papillas. ¡Qué ternura! Todo el puto día haciendo purés, que necesitas ser un masterchef para organizar los menús de introducción de alimentos: que si ahora la yema de huevo, luego la clara, ahora legumbres...¡uff! yo que me apaño con una ensaladita. ¿Y esa pasta pringosa disparada a propulsión por toda la cocina? O ese pegote en el pelo con el que sales a la calle sin ni siquiera percatarte..."¡Con lo que yo era! Y ahora no tengo tiempo ni de maquillarme." Te desvives por ellos y dejas tus horarios, tus rutinas y hasta el sexo. Y siempre hay alguien que te dice: "Tranquila mujer, que cuando vaya al cole..." Y van al colegio. Y cuando ellos crecen, crecen también sus problemas. Las peleas, los deberes, su tutora que le tiene manía, esas carreras del ingles al futbol y del kunfú al esgrima, los cumpleaños infantiles en infiernos llenos de bolas, el fulanito no me ajunta..., y el menganito es tonto y me pega...Y claro, tu le das tus sabios consejos: hay que ser bueno, compartir, querer a todos y no pegar a nadie. Pero por dentro estás pensando: Fulanito y Menganito...habrán salido a las chonis de sus madres, de tal palo tal astilla...como le hagáis algo a mi pollito...¡por mi hijo MAAATOOOO!
¡Ay las madres! A veces estamos un poco locas y se nos va la pinza. Y digo yo...¿por qué cuando somos madres, dejamos de ser otra cosa que no sea madres? Tengamos una cosa en cuenta: los pollitos volarán del nido, se buscarán otra pajarraca con más plumas que nosotras y harán lo que les salga de los cojones...Así que cultivemos nuestro lado mujer, y dejemos un poquito de ser madres a jornada completa.  Si la sociedad me juzga, a mi plim.  Si otras madres me juzgan y presumen de embarazos maravillosos, partos espectaculares y retoños adorables y atiborrados a extraescolares para estimular su inteligencia...a mi plim. Todas mienten. Todas flaquean. Todas en algún momento pensamos: ¿mejor sin? Todas queremos a nuestros hijos más que a nada. Les damos todo, a veces demasiado. Nos desvivimos por educarles y ofrecerles lo que está en nuestra mano y a veces lo que no podemos conseguir. Y presumimos de nuestros hijos con orgullo, algunas veces con menos sinceridad y más inquina hacia la madre de al lado...Y hacemos cosas por nuestros hijos que siempre dijimos que no haríamos, la cagamos una y mil veces ...y no pasa nada. Nada de nada. Tenemos derecho a equivocarnos una y otra vez. Nuestros hijos, a diferencia de la sociedad inquisidora que nos juzga, siempre nos van a perdonar. Pero recordemos: los hijos no son toda nuestra vida. Debemos tener otra vida pequeñita, minúscula aunque sea, paralela a ellos, para no olvidar que somos Bea, María, Ana, Seila o Sandra...además de mamá.
Buenas noches queridas literaut@s, seáis mamás o no.

viernes, 6 de marzo de 2015

LA CHICA DE LOS OJOS DEL COLOR DE MI PISCINA






 Hola literaut@s, ¡hoy toca libro! Esta semana me he pasado al thriller. Después de tanta dosis de pasión la semana pasada, me hacía falta una ducha fría. ¡Y menuda ducha! y de realidad. El libro de Jorge Salinas "La chica de los ojos del color de mi piscina", me llamó la atención por la portada y el original título, y viendo que la historia podía ser interesante, me lance yo a la piscina. Y menudo baño. Porque esta novela es intriga en estado puro y me ha tenido toda la semana mordiéndome las uñas y pasando sueño. La historia está muy bien construida, aunque tengo que reconocer que al principio, si no te centras, te pierdes un poco con tanto personaje. Pero cuando la trama va apareciendo ante tus ojos, te engancha de manera inevitable.

 Jaime Solvá se ha convertido en un coach de éxito. Entre sus muchos clientes están Carlos, directivo de una empresa de telecomunicaciones, y Nadia, ejecutiva de una famosa firma de cosméticos con la que entabla una relación de amistad especial. Cuando el novio de Nadia halla por casualidad un archivo secreto muy comprometido en el sistema de Telecomunica, la empresa de Carlos, las vidas de los tres personajes dan un vuelco inesperado. Así se desencadena una vertiginosa historia de amor en una trama de corrupción, sensualidad, muerte y traición donde convergen las altas esferas empresariales y el mundo del coaching, el innovador método para el desarrollo personal y profesional.
Personajes de toda calaña se entremezclan en el libro de tal forma que el autor teje una tela de araña que une unos con otros de forma magistral. Un peluquero famosillo, un policía más o menos corrupto, un traficante, un sicario, un informático, un guardia civil, un ejecutivo...¿todos los personajes tienen algo que ocultar? "La chica de los ojos del color de mi piscina" es un thriller trepidante, reflejo de la podrida sociedad actual, lleno de enseñanzas de vida e intriga que no dejará a nadie indiferente.
No perdáis la oportunidad de leerlo.

martes, 3 de marzo de 2015

EL ASCO DE LA CONFIANZA

¡Que bonito es el enamoramiento! Esa época dorada de una relación en la que todo es de color de rosa, el sol siempre luce y no vemos los defectos de nuestra pareja por ningún lado. Y no los vemos, no tanto porque estamos ciegos de amor, sino porque todos sabemos ocultar nuestros defectillos muy bien. Y no hay otra ocasión mejor para hacerlo que cuando queremos conquistar a nuestra pareja ideal. Hay que ser uno mismo, pero si nos esforzamos un poquito más de la cuenta para conseguir convencer a nuestra media naranja de que somos su otra mitad, pues tampoco pasa nada ¿no? Hasta aquí todo correcto. Pero una cosa es matizar aspectos de nuestra personalidad y otra que un día cuando nos despertemos nos preguntemos horrorizadas: ¡¿quién eres y que has hecho con ese hombre tierno, educado y considerado que tenía al lado?! Y es que la confianza hace que muchos hombres antes perfectos para nosotras se acerquen peligrosamente a su fecha de caducidad, y como el gobierno no decida de repente, como con los yogures, ampliar el plazo para consumirlos preferentemente, al final o te quedas con el yogur pasado aunque esté agrio, o lo tiras a la basura. Y sí, acabo de comparar a los hombres con los yogures, perdonadme el sexo masculino pero igual os hago un favor si seguís mis consejos, no sea que vuestras chicas se inclinen por la segunda opción.
La confianza da asco señores...igual que dan asco los pedos que te tiras, los pelos en el lavabo, o ese continuo e insistente magreo de cojones al que nos tienen acostumbradas. Que yo no voy rascándome todo el día como si hubiera contraído una venérea. Y no digo yo que Miguel Ángel Silvestre o Álex González no se tiren pedos, pero claro como nosotras no los vemos, pues tenemos una imagen algo deformada de la realidad...y esa realidad, cuando el que tenemos al lado no tiene ningún reparo en exponerla al desnudo, pues es un poco inquietante. 
En las películas siempre aparece la parejita feliz en el baño de diseño, lavándose los dientes, y hasta a veces compartiendo cepillo, que por cierto me parece asqueroso. Y ahí lucen sus cuerpos también de diseño con la toallita a la cadera dejando ver esos abdominales como una tabla de planchar los hombres, y sin un gramo de grasa y unas tetas turgentes desafiando la ley de la gravedad las mujeres. Y aquí estamos nosotras, que desafiamos muchas cosas, pero la gravedad no es una de ellas, con nuestro alter ego al lado sentado en la taza del water cagando..., y claro, el glamour brilla por su ausencia.
Así que ¿debemos hacernos a la idea de que el glamour en los hombres tiene fecha de caducidad? ¿Son como los electrodomésticos que tienen un chip de autodestrucción? Un consejo para esos machos de pelo en pecho: no vendría mal un poquito de esfuerzo para pulir ciertos detallitos que es mejor mantener en la intimidad, no sea que ante la ausencia de libro de instrucciones en el que consultar la solución de problemas o el teléfono del servicio técnico, recurramos al ecoparque, y decidamos renovar el electrodoméstico en cuestión.
Bueno literaut@s, ahí os lo dejo, por si os interesa dárselo a leer al que le haga falta, a ver si de ahora en adelante se tira los pedos en soledad y no debajo de la manta.
Y con un fragmento de Adoro a Mauro, de Yolanda Quiralte, os dejo también un guiño a estos espécimenes que abundan, y que en realidad también tienen su encanto, o por lo menos dan para unas cuantas risas...



Tócate los cojones, pero tócatelos bien, despacio, a gusto, con calma, regodeándote en ello. Cógelos desde abajo, sube ligeramente los dedos y toca. toca bien. Sin miedo, que no se rompen. Toca. Toca. Toca y después tócatelos otra vez. Así, sin parar durante más de una hora. ¡Ay, con lo que relaja tocarse los cojones! ¡Que gusto da! Tú sigue, por lo que pueda pasar. Que luego nunca se sabe y si ya vas con una buena tocada de cojones, por lo menos ya has hecho algo. 
Al final he estado tocándome los huevos alrededor de dos horas y media, repantigado como un oso canadiense después de haberse comido veinte salmones. Espachurrado como si toda la cerveza que me he bebido a lo largo de la tarde me hubiese caído encima de golpe, cosa que por cierto no estaría mal. "Muerto por un alud de birras" Bien, la muerte perfecta.(...)







lunes, 2 de marzo de 2015

ESTRESADA... PERO ESTUPENDA

¿No os da la sensación de que todos los días os dejáis algo en el tintero? A mí las 24 horas del día no me dan para más, y mira que las estiro y las estiro hasta más no poder...tanto que me da un poco de miedo, ahora que me acerco peligrosamente a los cuarenta, que acabe cayendo redonda de un ataque de estrés. Pero es que no se hacerlo de otra forma. Si me pongo a hacer recuento de todas las tareas que se nos asignan, y que nos autoasignamos a nosotras mismas, me quedo alucinada. Y eso teniendo en cuenta que hoy en día nuestros maridos suelen echarnos una mano, a no ser que se hayan quedado anclados en el siglo pasado o que nosotras les permitamos vivir como si estuvieran en casa de su madre con 15 años.


Ese cincuenta por ciento (suponiendo que sea un cincuenta) que nos toca de la limpieza, el cuidado de los hijos, la colada o la comida, consume una buena parte de nuestras energías. Pero además, como mujeres que somos, nos viene autoimpuesta la tarea de mantenernos bien monas y arregladitas. Que es una decisión propia, eso que conste en acta. Yo no llego al dicho de "antes llego tarde que no voy arreglada", pero sí que me robo una hora de sueño para poder cumplir con esas tareas cotidianas que intentan subsanar el paso del tiempo,que avanza irremediablemente sin que podamos hacer nada para evitarlo. No me importa decir que soy coqueta, y me encanta serlo. Tampoco me obsesionan los años. Y es que más vale tener arrugas que no llegar a tenerlas, y si son de la risa pues mejor que mejor. Pero, últimamente, me paro a pensar la cantidad de tiempo que empleamos las mujeres en estas lides. Secarnos el pelo, pintarnos las uñas,  maquillarnos, ponernos la crema antiarrugas y depilarnos hasta no dejarnos ni un pelo de tontas. ¡Madre mía! tenemos trabajo para dar y vender. ¿Y de las cremas anticelulíticas que me decís? ¡que sufrimiento! Con las de efecto calor parece que tienes sofocos menopaúsicos,  y con las de efecto frío igual te mueres de un ataque de piel de gallina...si hasta los pezones te duelen del frío que tienes. Es que a veces somos un poco masoquistas. Yo de las anticelulíticas ya paso totalmente. Ya no me hacen falta porque la piel de naranja se ha instalado en mis muslos y creo que piensa quedarse de por vida.

Apruebo cualquier tipo de tortura de esta clase, y me las practico a mí misma de forma cotidiana. Lo que no apruebo, y no debería hacerlo ninguna mujer, es perder tanto tiempo en nuestro día a día para acicalarnos, sólo para los hombres. Que no se nos ocurra ponernos guapas exclusivamente para nuestro marido, para nuestro amante o para el vecino del quinto que nos cruzamos por las mañanas. ¡Ni hablar!, que la mayoría no se toma tantas molestias por nosotras, ni se lo merece tampoco. ¿O es que a ellos no les crece la tripita cervecera, les cae el pelo o les crece por demasiado sitios del cuerpo? Y si te toca un hombre coqueto, un pelín metrosexual, al que le gusta comprarse ropa, arreglarse, depilarse y ponerse cremitas, pues estais empatados. Pero como te toque uno a la vieja usanza, de los que quieren que les compres los calzoncillos como su madre, pues estás siempre en desventaja. Siempre con la cantinela de que somos tardonas, que acaparamos el cuarto de baño, que si igual estamos bien...¡¿Como que igual estoy bien?! ¿Estaré mejor después, no? ¿O es que le gustaría más, con el pelo a lo afro, con cara de muerta y ojeras hasta los pies y con unos pelos en las piernas como Macario? Y ya no hablemos del sobaquillo y de las ingles...¡por favor! ¿Como voy a estar igual después de todo el trabajo que me toca hacer?
Así que teniendo en cuenta tal desagradecimiento por su parte...más vale que lo que hagamos, sea exclusivamente por nosotras, y por sentirnos bien con nosotras mismas, aunque sólo sea para mirar las fotos de hace seis años y decir: "¡Ay que horror, que pinta! Pues mira, con los años estoy mejor"
Buenas noches literaut@s...y a lucir espléndidas mañana.