Todos tenemos secretos. Unos más inconfesables que otros, pero siempre están ahí. ¿Y por qué no habríamos de tenerlos? Un deseo, un sueño, un error, una aspiración, un amor, un amante, un amigo... ¿Es bueno tener secretos? Todos necesitamos nuestra parcela de privacidad, pero siempre depende del prisma con que se mire y de lo que se oculta. Que tu pareja actual a quien adoras sepa que él no es el amor de tu vida, tampoco es necesario. ¿Para que causar dolor innecesario? Pero hay cosas que sobretodo a una pareja o un amigo muy intimo, es mejor confesar, porque una relación debe construirse desde la total confianza, y hay pareceres, impresiones o dudas que siempre deben compartirse y nunca deben ocultarse bajo el sofá. Por lo general ocultamos cosas que nos avergüenzan, que consideramos una debilidad o que no nos gustan del otro. Callamos ante los demás lo que quisiéramos callar ante nosotros mismos, y el silencio puede ser el cementerio de una relación. Porque hacer como que no está, no significa que no esté, y tarde o temprano acaba explotándonos en la cara.
Hasta aquí todo claro. Pero sería de recibo no poder guardar para nosotr@s mism@s pequeños detalles, fantasías o experiencias. Y me he puesto a pensar que cosillas es mejor que una mujer no comparta con su hombre y creo que las más importantes son cuatro:
_ Exnovios, exrolletes, examantes hay que ocultarlos en su totalidad si no queremos que el fantasma de las relaciones pasadas haga su aparición.
_ "No soporto a tu..." madre, hermana, amigo pesado, etc. Decir a nuestro chico lo que realmente pensamos de su madre o de su mejor amigo no es buena idea. Viva la diplomacia, la falsedad y el eufemismo.
_ Lo que nos gastamos en...ropa, complementos y zapatos. Si tu chico es de detalles y se fija en todo, inventate descuentos y chollos. Y si no se entera de lo que hay en el armario, tienes la veda abierta para fundir tarjeta. Si vas de compras solo debes confesar la prenda más llamativa porque del resto no se va a coscar.
_ Lo que pensamos de verdad de sus regalos. En un 80 por cien no van a acertar y eso no tiene discusión. Pero más vale no herir sus sentimientos, no sea que al próximo cumpleaños te quedes sin nada.
Así que, queridas literaut@s, guardad bajo llave vuestros más oscuros secretos y compartid solo unos pocos.
Y ¿por qué me he puesto yo a pensar en secretos y mentiras piadosas? Pues porque acabo de terminar un nuevo libro que trata sobretodo de secretos. Por lo tanto, aquí os dejo la reseña para que juzguéis por vosotras mismas.

Es una historia donde el protagonismo lo tienen los personajes femeninos empezando por Elena y siguiendo por su hija María, que se ve superada una y otra vez por lo que va descubriendo de la vida de su madre, pero entre tanto dolor necesita rebuscar la verdad para encontrarse a si misma. Amor, dolor, reconciliación, perdón...la búsqueda de la verdad y el deseo de conocer nuestros orígenes para conocernos a nosotros mismos construyen esta novela de la escritora cordobesa María José Moreno Díaz. Una buena y entretenida elección.
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