"Cuando acaba la clase, se acerca nerviosa hasta su mesa mientras él recoge sus cosas y le dice:
_Yo...és que...te quiero_ le mira con las mejillas sonrosadas, y los ojos brillantes de esperanza, emocionada por haberse atrevido por fin, después de tanto tiempo. Ya lo ha dicho, le ha confesado en dos palabras esa opresión en el pecho que siente cuando entra en clase de inglés y lo ve, esas mariposas en el estomago que revolotean cuando sus ojos se encuentran...
Él la mira con la sorpresa en los ojos, con el desconcierto de sus casi 10 años y le contesta:
_Ah, vale. Me alegro por ti"
¡¿¿QUEEEEEEÉ??! Pues sí, queridas literaut@s, es completamente verídico. Espero que la valiente que se atrevió a declararse, siga siendo así de decidida en su vida de adulta, y que no le cause ningún trauma. Porque semejante espécimen del sexo masculino, ya apuntando maneras de cruel rompecorazones en su más tierna infancia...¡ÉS MI HIJO! Habrá salido a su padre. A su progenitor se lo ha contado, no os creáis, que a mí no me ha dicho ni chufa...ya haciendo piña a estas edades...¡hombres! ¡La que me espera! Tres hombres para mí sola...estoy apañada.
Eso de que los hombres son de Venus, y las mujeres de Marte, me parece que no va tan desencaminado. Pero, sea nuestra pareja, nuestro jefe, nuestro hermano o el tendero de la esquina...estamos condenadas a entendernos con el sexo opuesto...y a veces tiene su dificultad. Con hombres...nunca se sabe.
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